sábado, 16 de enero de 2010

PROFESOR LIDER Y TRADICIONAL


La enseñanza que deja huella no es

la que se hace de cabeza a cabeza,

sino de corazón a corazón.

Howard G. Hendricks






Mucho se habla hoy en día sobre el profesor tradicional y el líder en la gestión de cualquier proceso educativo.

Está demostrado por investigaciones realizadas que este último es capaz de llevar al grupo o colectivo a metas que para el primero son inalcanzables a nuestro juicio. Hoy el líder como se ha señalado tiene una clara misión y tiene la voluntad de hacer lo que está orientado para obtener buenos beneficios de un gurpo estudiantil.

Señala Ariel Ruiz:”Los auténticos líderes son innovadores, capaces de anticipar el futuro y de prever soluciones a problemas nuevos”. Ellos comprenden que “Mirar al futuro sin actuar, es apenas soñar y que actuar sin visión de futuro carece de sentido”.

Un profesor que es líder tiene clara su misión, sabe y tiene la voluntad de hacer lo que se debe hacer para facilitar la acción coordinada en beneficio del grupo estudiantil. Un aspecto fundamental de su liderazgo es la capacidad para comunicar ideas y entusiasmo, para convencer e influir en los estudiantes logrando en la acción educativa el compromiso y participación efectiva de estos.

El significado de esta acción educativa se refiere no solamente a lo que se debe hacer y al cómo hacer las cosas bien, sino a saber y comprender por qué y para qué se deben realizar las actividades y tareas educativas en forma armónica, coordinada e integrada, sin olvidar que a través de la acción, el hombre desarrolla su propia personalidad e historia.

El profesor líder infunde confianza y cree en las capacidades de los estudiantes para que sea posible el funcionamiento del grupo y su propia dinámica. La confianza genera responsabilidad, promueve la participación y desarrolla la creatividad. Por tanto, el líder debe confiar en las personas y ganarse la confianza de las mismas a través del buen ejemplo, la persistencia, el testimonio y el compromiso social. Un buen líder es el que arrastra a los demás y estos lo siguen hasta sus últimas consecuencias.

Por lo tanto el ejemplo es una fuerza que puede transformar a los estudiantes y convertirlos en agentes de cambio, en transformadores de su propia realidad. Así se logra la cohesión del grupo con una estructura más sólida y un clima psicológico-moral, que produce satisfacción en el transcurso de la acción de enseñanza aprendizaje hasta lograr los objetivos previstos y evaluar los resultados logrados según los parámetros de calidad y eficiencia.

El auténtico profesor líder tiene que ser ejemplo y demostrar capacidad de autoevaluarse, de reconocer sus posibilidades y limitaciones, sus aciertos y equivocaciones para mejorar el concepto y la estima de sí mismo y de los demás.

Señala el autor citado que:”Cuando el maestro o profesor es un líder, mejora la percepción, la autoestima, el respeto y la confianza en sí mismo, proyecta seguridad, confianza y energía positiva hacia los estudiantes y logra compartir su satisfacción, enriquecerse y disfrutar con sus resultados, asumirlos como colaboradores, mejorando así la labor educativa y la cultura del grupo”.

Al respecto del liderazgo del profesor, Sprinthall plantea lo siguiente: “…El profesor, como líder, puede ejercer una enorme influencia en la definición del grupo. Nosotros hemos señalado que una clase puede evolucionar de muy distintos modos, así puede ser desde una simple colección de individuos egocéntricos, en la que cada uno “hace una cosa diferente”, hasta una máquina con un engranaje perfecto, en la que cada individuo solo puede ser definido por su pertenencia al grupo. Si el profesor no conoce las variables sociales, o decide no ejercer el papel de líder, los estudiantes impondrán su propio estilo de funcionamiento, lo que puede dar lugar a una situación un tanto desagradable: que el papel del profesor esté definido por el grupo. Aunque no podemos olvidar que el extremo opuesto, en el que el profesor establece unos objetivos y unas relaciones basadas únicamente en sus propias necesidades y valores, es igualmente indeseable. Así, la manera en que el profesor utiliza conceptos tales como facilitación social, conformidad, competitividad, cohesión y presión grupal forma parte del proceso de enseñanza”.

Es muy importante como han señalado algunos autores que el profesor líder dirija sus funciones a lograr comprensión de la misión del proceso educativo, el logro de los objetivos comunes, la defensa de los principios y el logro de valores como el sentido de pertenencia, así como lograr un buen clima de comunicación entre sus alumnos, así como la cooperación entre ellos.

Se destacan otros entre los que señala el autor citado:

• Preservar la integridad del grupo y de la escuela mediante el desarrollo de valores, el cumplimiento de las normas y el mejoramiento de las relaciones interpersonales, públicas y sociales.

• Generar cambios de mentalidad y de actitud en los estudiantes, en función del desarrollo de la escuela y de su personalidad, tanto desde el punto de vista de su aprendizaje como de su formación para la vida.

• Consolidar los cambios logrados en los estudiantes mediante la creación de escenarios de interacción creativa, formativa y productiva, en las dimensiones curricular y extracurricular con un sentido extensionista, para su mejoramiento continuo y sostenido.

De ello se infiere que el profesor tradicional constituye muchas veces una fuerza opositora ante los cambios, ya que en muchos casos se resisten y siguen el tradicionalismo. Por lo tanto es de vital importancia asumir posiciones de liderazgo y disposición a las transformaciones y cambios que se producen en el proceso. Tomemos un ejemplo, el proceso de universalización se hace necesario abandonar lo tradicional y prestar disposición al cambio, ya que a pesar de que es una sola universidad, el modelo Semipresencial que se aplica se sale de los marcos de lo tradicional, por lo que profesores y directivos deben adaptarse a las condiciones imperantes y a los nuevos requerimientos que nos plantea el proceso de universalización.

Dirigir hoy el proceso docente educativo o de enseñanza aprendizaje, a la luz de las tendencias pedagógicas de avanzada, requiere de los maestros o profesores que asuman una posición de liderazgo con respecto a sus estudiantes.

El profesor líder entre otras características: Reconoce la necesidad del cambio, desarrolla, innova. Se concentra en los estudiantes, inspira confianza, motiva, y promueve la participación de sus estudiantes ejerciendo el control mínimo necesario, Mira al horizonte y fija su atención en los objetivos de formación de largo plazo. Acepta y enfrenta con optimismo los desafíos del futuro. Es disciplinado al tiempo que es independiente, analizando el qué y por qué. Es audaz. Promueve el saber, enseña a aprender. Enseña a tomar decisiones y toma decisiones compartidas Escucha, hace hablar Evalúa junto con el grupo Estimula, orienta, tranquiliza Trabaja con el grupo Hace las cosas que se deben hacer. Es un modelo a seguir por sus discípulos.

En la contemporaneidad el papel de líder que deben jugar los profesores con los nuevos cambios que se han dado a nivel global son de una trascendencia extraordinaria que influye mucho en la formación axiológica y de cultura general que necesita el ciudadano del siglo XXI, capaz de trasmitir lo mejor del pensamiento pedagógico, psicológico y sociológico de manera general. Todas estas reflexiones nos guiarán a ser mejor cada día y a aplicar con estilo creador las nuevas transformaciones que se llevan a cabo en el proceso de universalización.

El profesor líder a diferencia del profesor tradicional se adapta a las nuevas transformaciones que se están produciendo en la educación en los momentos actuales y es una persona que logra un buen nivel de comunicación con sus estudiantes, siendo un ejemplo a tomar para cumplir con la misión que nos ha dado la educación de formar profesionales competentes y agentes transformadores ante los cambios que se producen.

Y como el viejo decía: Si no ves pa´delantetons pa que siembras si no ves la cosecha