sábado, 18 de julio de 2009

Y TODO SERENO


El valiente vive hasta que el cobarde quiere…





A lo lejos llegan las reminiscencias de un silbato en la noche, acompañado de una voz que dice: las once y sereno; circulando un señor que hacia las veces de vigilante de una manzana y llevaba un farol para alumbrar a los vecinos caminantes. Viejas películas que nos retratan ciudades tranquilas donde los vecinos se conocían, saludaban y transitaban hasta la madrugada por calles SERENAS, como lo anunciaba nuestro vigilante…

Hace algunos ayeres, dentro de nuestra ciudad, aún me daba el lujo de caminar por la noche, desde el centro de la ciudad hasta lo que hoy es Vallehermoso. En ese entonces, lo último construido era el panteón y enfrente el Colegio Marista, no existía nada más que baldíos alrededor… pero podías caminar ya que todo estaba SERENO…

Desgraciadamente, las calles, las avenidas, nuestra ciudad, estado y nuestro PAÍS, ha comenzado a ser propiedad de otro tipo de personas que nos les importa si estamos serenos o no, sólo irrumpir en nuestra intimidad y demostrarnos que es más fácil vivir con el JESÚS en la boca, que gritar que todo está SERENO.

Hasta hace dos semanas, mi posición con respecto a temas como el que estoy comenzando a tocar era muy neutral, no me agrada conviccionar o prejuiciar a partir de mi percepción o de mi mapa muy personal; pero, como diría alguien por ahí: he decidido romper con mi silencio y posicionarme al respecto, ya que no es válido que, una ciudad, tan bella como la nuestra, pese a lo que sea, se vea amordazada por cárteles tan nombrados como “La familia” y “Los zetas”. Quisiera pensar que todo pasa, y nada queda… como dice la canción, pero existen situaciones que se quedan grabadas en piedra y no hayas como sacarlas de tu corazón.

En estos momentos en que la crisis económica envuelve a todos, donde las ventas en cualquier negocio dan para mantener y no para ganar, es cuando más se trabaja para salir adelante y no se vale que exista un grupo de personas, muy al estilo de cualquier mafia nos ofrezca PROTECCIÓN para que a nuestro negocio no le vaya a suceder nada malo y tengamos para seguirnos manteniendo; no se vale que te amenacen a ti y tu familia so pretexto de que puede sucedernos lo peor si no aceptas el hecho de dar un pequeño donativo mensual para que mantengamos alejados los peligros.

Sí, ahora resulta que desde hace tiempo, muchos de los negocios, tanto fijos como ambulantes y tianguistas de nuestra ciudad, tienen que dar su DIEZMO a ciertas personas para poder seguir vendiendo. Si no, te atienes a las consecuencias, siendo funestas en algunos de los casos; y lo digo porque hace una semana me tocó vivir dos situaciones donde te preguntas: ¿hasta dónde vamos a llegar con esto?

El recibir la noticia de la muerte de un familiar por negarse a esta protección, te hace reflexionar sobre cuándo me toca a mí, en qué momento somos los siguientes, habrá un momento en qué esta situación se comience a desvanecer o nuestra ciudad acabará siendo propiedad de un cartel del narcotráfico como tanto se supone…

Y la otra, el sábado pasado, balean a diferentes corporaciones de la Policía Federal, entre ellas la de esta ciudad, y al salir, se ve que se dirigen hacia Querétaro; se arma el operativo y en la Y de Apaseo, llegan 6 camionetas y diversas patrullas con ministeriales y policías encapuchados que sin ninguna consideración se apostan en ambos lados de la carretera, obligando, POR NUESTRA SEGURIDAD, que nos metamos al fondo de los locales porque si no te puede pasar algo. Te puedes imaginar la angustia, el miedo y todos los sentimientos que atraviesan en ese momento por tu cabeza; desde que no te pase nada hasta el poder caer entre una ráfaga cruzada si se suelta la balacera.

Por espacio de 40 minutos nada acontece y, entonces, el comandante del operativo comienza a retirar las unidades, se acercan a ti… y dicen: usted disculpe, no pasó nada… Bonito comentario…

Hoy, tomo este pequeño espacio para compartir lo que siento, vivo y tomo como desahogo personal. No lo hago para causar lástima, piedad o cualquier tontería de esas que decimos cuando algo sucede a otro; lo digo para que, en verdad, tomemos conciencia de cuanto estamos permitiendo cada uno de nosotros para que nuestra realidad social sea la que vivimos; que nuestro país se esté convirtiendo en una sociedad donde ahora para salir, tengamos que hacerlo a determinadas horas seguras; donde en las ventanas de nuestras casas tenemos un poster de VECINOS VIGILANTES; donde muchos prefieren comenzar a cargar un arma para velar por su seguridad sin medir las consecuencias; donde… comenzamos a ser cautivos de nuestros miedos y mejor dejamos de intervenir, no sea que nos vaya a suceder algo.

Yo, era de esos, y hoy, mi miedo, mi cobardía, me dice que ya permití bastante, y no pretendo salvar al mundo; pero si al menos saber que mi familia estará bien. Por lo pronto, haré lo que tenga que hacer, pero no más miedos.

Y como el viejo decía: “Cuando la fusca sale, es pa’que caliente la mano”