lunes, 16 de junio de 2008

MI MISIÓN: EL ÉXITO



“Toda persona tiene su propia misión o vocación específica en la vida…
en ella no puede ser reemplazada, ni su vida repetirse.
De modo que la tarea de cada una es tan única
como su oportunidad específica para llevarla a cabo”.


Hay que saber aprovechar al máximo la oportunidad que se nos da de permanecer con vida y trabajar en pro de nuestro crecimiento personal exitoso, lograr los resultados que nos proponemos que demuestren que supimos utilizar adecuadamente nuestro potencial sin afectar a nadie.
Tomar muy en cuenta lo que comenta Arnoldo Arana, que somos únicos como personas. Tenemos una combinación de talentos, habilidades, oportunidades, experiencia y personalidad única y singular.
Es decir, nos corresponde a cada uno laborar en nuestro propio crecimiento, usar adecuadamente nuestro talento, nuestro capital humano en pro de nuestro óptimo aprovechamiento de la vida, enriqueciendo en lo trascendental, tal como es la evolución espiritual.
Debemos autoconocernos, determinar en donde se manifiestan nuestras debilidades ¿por qué de ello? , ¿En donde nuestras fortalezas? ¿Cuál es nuestra misión? ¿Cómo aprovechar la oportunidad de vivir?Reflexionar sobre lo que nos indica Arana, que estamos en esta vida con un propósito. La búsqueda del significado es el empeño más importante de la vida. Como dijo Albert Camus: “El sentido de la vida es la pregunta más apremiante”. La creencia de que la vida no tiene un significado está relacionada con la dificultad que experimentan los seres humanos de hallar ese significado, de conseguir esa correspondencia entre la necesidad de sentido que reside en nosotros con algo en el mundo exterior que legitime ese sentido, que haga figura dentro de nosotros. Pero mientras mayor sea la conciencia, el conocimiento, el contacto y la experiencia personal con el propósito de vida identificado, más profunda será la motivación, la expectativa, el apetito, el apremio y la determinación para avanzar en pos de la consecución del significado de vida que hemos asumido. El propósito le imprime a la vida un acicate y un “sentido de urgencia” de vivir según ese significado. Un propósito de vida nos mueve también a establecer prioridades y a vivir con un enfoque intencional, con la certeza de estar viviendo la vida que queremos vivir, y con la convicción de no desperdiciarla.
Tener un sentido de vida llena a ésta de entusiasmo y de pasión, lo cual se traduce en emoción con sentido de dirección. Un significado de vida proporciona una sensación de bienestar y plenitud y afecta profundamente la manera en que vivimos, a la vez que sirve de punto de apoyo para el desarrollo de nuestra potencialidad como seres humanos.
Este significado cobra vida en la medida que toma conciencia de quien eres tú: necesidades, talentos, habilidades, destrezas, sueños, y las necesidades del entorno que te rodea. Este cruce activa tu sentido de destino.
Ya es hora de tener bien definido el sentido de nuestra vida, de dar paso a las acciones que conlleven a alcanzar con éxito nuestras metas, misión, saber aprovechar óptimamente el tiempo, el potencial creativo, innovador que traemos, el sabernos interrelacionar con nuestro entorno,. Con las personas que colaboran en nuestro crecimiento sin dejarnos atrapar por condicionamiento, apego y mucho menos darle paso al sufrimiento. El saber manejar correctamente nuestras emociones, energía.
Considerar lo que nos cita Arana, que la clave para obrar correctamente, está en identificar y adoptar principios de efectividad en nuestra vida. Esto garantiza estabilidad, significado y éxito duradero.
Ahora para identificar y adoptar principios universales de efectividad, necesitamos cambiar muchos de nuestros mapas y paradigmas actuales. El doctor Ron Jonson propone el siguiente esquema para este propósito:
V erifique sus valores personales.
A rticule su propia matriz ética y filosófica para la vida.
L ogre aprender las perspectivas correctas de los asuntos.
O rdene sus valores con las acciones correctas.
R evise y evalúe su crecimiento.
A lcance a los demás con estas verdades (los principios).
Nos sugiere Arana, que se considere en pro del éxito, que éste debe ser balanceado. No podemos considerarnos una persona exitosa si nuestro trabajo marcha de maravilla, pero nuestra familia es un fracaso o nuestra salud es un desastre.
Necesitamos recuperar el equilibrio en nuestras vidas. Esto se consigue integrando nuestra vida. En medio de las presiones de esta sociedad moderna, resulta un verdadero reto equilibrar nuestras prioridades. Nuestras agendas están saturadas y el tiempo no nos rinde. Parece que necesitáramos días de 30 horas. La clave para equilibrar nuestras prioridades radica en aprender a integrar nuestra vida. La figura de un rompecabezas ilustra interesantemente la vida. En algunas personas - las personas exitosas - cada una de las piezas encaja en el lugar que le corresponde. La imagen que se ve es la de un rompecabezas completado, integrado. Esta metáfora equivale a una vida integrada, completa y en equilibrio. Pero a veces nuestras vidas se parecen a un rompecabezas a medio armar, con muchas piezas regadas, sin ubicación. La imagen que se ve es la de una figura incompleta; una vida fragmentada y sin equilibrio.
El éxito en la vida reside en saber equilibrar nuestras prioridades y aprender a colocarlas en orden de importancia. Una vida fragmentada es una vida disfuncional y poco efectiva. Si no logramos integrar todas las áreas de nuestra vida, viviremos en forma incompleta y con insatisfacción permanente. Cada una de las áreas de nuestra vida deben estar en equilibrio e integradas: Vida espiritual (fe, relación con Dios), vida física (salud, recreación, descanso), familia (paternidad, matrimonio), trabajo (negocios, profesión), finanzas y relaciones (amistades, participación comunitaria, servicio social, interdependencia en las relaciones interpersonales).
De nosotros depende definitivamente alcanzar el éxito, simplemente no descuidemos nuestra oportunidad de vivir, sepamos utilizar adecuadamente nuestro potencial de vida, no malgastemos nuestro tiempo. Emprendamos todas aquellas acciones que generen felicidad, armonía, no nos dejemos atrapar por el pesimismo, lo negativo, defendamos nuestra autenticidad, no nos dejemos manipular, no manipulemos a nadie.