sábado, 9 de agosto de 2008

LA CLAVE: SER FELIZ

La suprema felicidad de la vida es saber
que eres amado por ti mismo o,
más exactamente, a pesar de ti mismo.
Victor Hugo

La humanidad durante toda su historia, y cada ser humano sobre el planeta hemos tenido una preocupación muy particular por buscar y encontrar la felicidad. La analizan las religiones, los filósofos, los empresarios, las parejas, los adolescentes... y vemos que cada uno de estos grupos poseen una idea particular de lo que es la felicidad.
Las religiones han dicho que la felicidad es un estado que nos brinda un ser supremo, los filósofos hacen una descripción y definición de la felicidad partiendo de la manera en cómo se puede entender cada situación que brinda felicidad a los seres humanos en conjunto y a nivel individual, por otra parte para los empresarios por ejemplo la felicidad es ¿¿qué?? Dinero, más ventas, expansión, trabajo, etc; y para las parejas es un estado emocional también, pero dependiente de los comportamientos de la otra persona, compañero o compañera, ¿cuáles son? Fidelidad, sinceridad, ternura etc. Para un adolescente serían la libertad, la carencia de normas, etc.
Si reflexionamos detenidamente en todas las acciones humanas, en cada una de ellas encontramos situaciones que nos dan felicidad. A partir de ello, poemos interpretar que existen varias clases de felicidad dependiendo de las ganancias o motivadores emocionales que las generen. Luego de analizar la felicidad, ésta puede considerarse como un estado mental que proporciona sensaciones placenteras y que modula de manera agradable y positiva la recepción y la interpretación de los estímulos recibidos del medio ambiente.
La felicidad es, entonces, un estado de realización en el cual se experimenta satisfacción, emoción, seguridad, complacencia… Este estado emocional es para nosotros difícil de alcanzar porque siempre esperamos a que nos lo proporcionen. Para nuestra sorpresa es así.
Otro de los principales puntos por los cuales no somos felices es porque dejamos de lado nuestra emocionalidad, llegamos a un estado tal de represión, que nos contenemos de absolutamente todo, nos preocupamos por estar siempre a la defensiva, estamos prevenidos con absolutamente todo, e inmediatamente cerramos las puertas a nuevos sentimientos.
O simplemente nos damos cuenta que desde niños, nuestros padres nos programaron psicolingüísticamente para no sentir. Acaso alguna vez en tu vida no les dijeron “los hombres no lloran” o “no hay que ser tan niña”,… esta represión es el producto de nuestra querida sociedad, una sociedad machista y a pesar de ser muy emotiva (lo digo por el nivel de frustración que nos deja un partido de fútbol por ejemplo) nos reprime la más primaria de las cualidades humanas, nuestra emotividad.
Ese tipo de personas, que no se dan a los demás o que se condicionaron o programaron para no sentir, son los que a veces oímos decir cuando vamos a un parque de diversiones “esto me hacía falta para sentirme vivo”, necesitan de una máquina para ser felices; ¿triste, no?, pero lo mejor viene después, cuando se emborrachan… lloran, y luego se deprimen tan profundamente que hasta terminan quitándose la vida. Este cúmulo de emociones y de sentimientos reprimidos, generan una carga en nuestro inconsciente, y espera cualquier momento para poder salir. A cuantos no les pasa que después de tener un día malo llegan a su casa y al momento en el que le hacen una pregunta cualquiera, responden con violencia.
Por eso señoras y señores, por reprimir y reprimir, por no darnos a nosotros mismos el gusto y la satisfacción de reírnos cuando se cayó la viejita, o de llorar con la telenovela.
Esa es la clave para hacerlo, y una vez que logres establecer una emotividad sincera y receptiva tendrás la posibilidad de entregarte a los demás, y esto te proporcionará una satisfacción tan grande, que nos hará correr bajo la lluvia, o celebrar de la forma que tú quieras, pero te aseguro algo, cuando esto pase, no olvidarás este sentimiento nunca más, te lo aseguro. Así que no temas, deja salir tu interior, explora tus sentimientos y los de los demás, recuerda que para hacer hay que ser, y se es cuando se siente.

Y como dijo el Dr. Simi: SER FELIZ SI SE PUEDE…

lunes, 4 de agosto de 2008

EL AMOR: UNA NECESIDAD HUMANA

Si Dios no es amor;
No vale la pena que exista
Henry Miller

En días pasados tuve la fortuna de leer en un blog algo acerca del amor; y hoy, quisiera hacer mi reflexión personal “about this topic”. Allá por los 80, se escribió una canción muy famosa, interpretada por el menos famoso John Paul John; que en una de sus estrofas señala: “el amor esta en el aire” (Love is in the air), frase simple pero a la vez profunda. ¿Qué secretos físicos, biológicos, espirituales se develan tras el amor? ¿Por qué razones el ser humano durante su vida lucha, literalmente, por encontrarlo? ¿Se desvela en sus noches sufriendo, orando, pidiendo al universo le conceda encontrar a aquella persona que complemente su vida? Esto por citar los más efímeros ejemplos de lo que muchos de nosotros vivimos a lo largo de los años, desde que descubrimos la atracción hacia otra persona; la atracción física en una primera instancia hasta llegar en muchos casos a desarrollar un vínculo emocional muy similar al que se puede mantener con la familia donde nos criamos o nacimos.
La pregunta puede parecer muy simple, pero surge otro cuestionamiento ¿Qué lleva a los científicos, médicos, siquiatras, filósofos, sociólogos, hasta a las personas comunes, en las cuales me incluyo, a tratar de entender qué es eso que le decimos Amor, y lo categorizamos como sentimiento?
Esta reflexión no entra en las categorías religiosas del amor hacia la humanidad. Más bien deseo centrarme en la preocupación de la sociedad, del amor de pareja. ¿Qué problema ha sido a lo largo de la historia de la humanidad, de la que tenemos conocimiento: el amor? EL amor se ha tornado parte de la existencia humana, al punto de llevarla incluso a pasar por los peores desencantos, depresiones, guerra entre naciones, tristezas y como resultado: enfermedades. Porque si es claro, la tristeza enferma, no es como dicen el viejo adagio popular, “el amor mata, me muero de amor”, es que la tristeza al ser humano lo consume, lo va drenando al punto que lo puede llevar a terminar con el mismo. Y el amor tiene ese pequeño o gran defecto, en ocasiones y quizá, muy frecuentemente para algunos, trae tristezas.
Erich Fromm dice “que el amor es un poder activo en el hombre”; un poder… ¿y que podríamos entender por poder? Imaginemos por un momento cruzar todas las barreras que se nos pongan frente a nosotros, que nos separan del ser que representa nuestro sentimiento. Nos podría dar la capacidad de superar nuestros dolores internos, amarnos a nosotros mismos. El amor se convierte en la simbiosis de dos seres que pasan a ser uno, sin embargo nunca dejan de ser dos, en el llamado Amor Maduro.
El arte de amar se centra justamente en llegar alcanzar el amor maduro, que significa la unión o condición de preservar nuestra integridad y nuestra individualidad, sin que esto afecte la unión con el ser amado.
Dar produce felicidad, y en una relación de pareja madura, donde se respeta la individualidad y la integridad, se experimenta según los expertos y también aquellas parejas que llevan compartiendo su vida mas de 60 años, la fuerza de la riqueza interior del espíritu y el alcanzar juntos metas compartidas que se forjaron a medida de la convivencia. Las personas se sienten vivas, dichosas, el acto de dar se convierte en una expresión de la vitalidad que están sintiendo.
Es importante entender que el significado de la palabra dar, no abarca la esfera material, sino el dominio de lo humano. La persona da a otra una parte de su propia vida, recalcando que no es sacrificio alguno, sino que entrega lo que está vivo en él: la alegría, su humor, su tristeza, son todas las expresiones que de lo que está vivo en él. En el amor maduro se concibe la entrega sin esperar recibir, porque el hecho de dar es de donde parte la teoría de amar, ya que entregarse produce dicha. Cuando los sentimientos en la pareja son reales y sinceros, el dar se torna en un círculo virtuoso, lo que los llevan a recibir la constante alegría que ellos mismos han creado.
Como dije antes, el amor nos da poder. Es poder, porque el amor es el único sentimiento capaz de producirse el mismo. Pero el poder nunca viene solo, trae consigo la responsabilidad; muchos piensan en esta palabra como un sinónimo de un deber, pero en un sentido profundo y analítico la responsabilidad es voluntaria, es la respuesta a las necesidades explícitas o no de otro ser humano. Responsabilidad como palabra compuesta significa Tenera la capacidad de dar respuesta.
Ahora el poder del amor, la responsabilidad, no podrían ser maravillosos sino incluimos un componente imprescindible, que es el Respeto. Cuyo significado no es de sumisión ni de temor hacia otro. Su raíz etimológica significa la capacidad de ver a la persona tal cual es, y tener por ende conciencia de su individualidad única, no existen dos personas iguales. En el amor maduro y saludable la pareja se preocupa por que ambos se desarrollen y crezcan tal como son, así el respeto elimina cualquier tipo de explotación hacia el otro ser. A su vez el respeto lo alcanzamos sólo si hemos alcanzado la independencia, si puede caminar solo sin tener que dominar ni someter a ninguna persona. El respeto existe sobre la libertad. El amor y la libertad están unidos bajo su concepción primaria, no existe amor sin libertad.
¿Cómo se respeta a una pareja? Muchos nos podemos preguntar esto…la respuesta es simple y obvia, conociéndola. El conocimiento no existiría si no lo motivará la preocupación por el otro, por eso hay muchas fases en el proceso de conocerse. El problema del amor con el conocer, radica en que las parejas deben caminar hacia “fundirse para trascender”, como dice Fromm, una frase muy poética y romántica, pero es una realidad, tan presente que es uno de los mayores problemas por lo cual fracasan las relaciones, uniones de parejas, matrimonios: la incapacidad del ser humano de vincularse con el otro en lo más profundo de sus secretos, de volverse cómplices, aunque biológicamente ni el hombre conoce todos sus secretos, si conocemos nuestro carácter, anhelos, frustraciones, metas, las cosas que nos alegran que nos encolerizan, pero aún así no lo intentamos no construimos la convivencia y el entorno para propender a generar ese conocimiento indispensable, necesario, el núcleo del amor.
El acto de fusión que produce el amor, la penetración activa en la otra persona, va generando el deseo de conocer y va llenando esos espacios que deben ser cubiertos para crear las bases de la relación en las primeras fases. Muchas experiencias revelan que mientras más nos adentramos en este viaje de conocimiento de nuestro compañero o compañera más nos auto conocemos, porque nos descubrimos mutuamente.
Al llegar a esta fase el amor ha logrado cambios importantes en ambas personas, dejando de lado el narcisismo, el auto centrismo. Se siente una nueva energía de unión, de compartir, de unidad. Más aun se siente la potencia de producir amor antes que la dependencia de recibir, pasamos del amor infantil que sigue el principio de que “amo porque me aman” al amor maduro “me aman porque amo”, el amor inmaduro dice de acuerdo a Fromm “Te amo porque te necesito”, el amor maduro “Te necesito porque te amo”.
¿Puede aprenderse un arte sin practicarlo?, la mayoría de las personas esperamos recetas en los libros que nos digan como amar y ser felices por siempre como en los cuentos de hadas, pero eso no es la realidad. El amor es un arte, y este vale demasiado y necesita ser practicado día a día constantemente, y nace de los valores personales.
La práctica necesita requisitos como todo arte, pero primero y esta regla en general para la vida es la Disciplina. Nunca haremos nada bien si no lo hacemos de forma organizada ni disciplinada, y no quiere decir que amar es ser un soldado y que estamos en guerra. El problema es que el hombre actual es indisciplinado fuera de la esfera del trabajo. Por muchos motivos según diversos estudios: la concentración, la paciencia, la preocupación son factores que deberemos tener presentes siempre, el amor requiere de esfuerzo de cuerpo y alma por eso es un tesoro.
Quizá tener fe en el amor aún aislando todos los fenómenos sociales que lo afectan y tratan de destruirlo, nos puede convertir en individuos excepcionales capaces de trascender más allá de las esferas de lo común y cotidiano, porque conocemos algo más, conocemos la naturaleza humana, a nosotros mismos.