sábado, 9 de mayo de 2009

EL AMOR EN TIEMPOS DE INFLUENZA


El mundo te exige resultados.

No le cuentes a otros tus dolores de parto...

muéstrales al niño."

Indira Gandhi ...

Entre la angustia de que si existe o no la influenza humana; que si los mexicanos con todo lo que nos pasa merecemos ser los mártires de este siglo; que si merecemos el adjetivo de raza estoica, y nos llenamos de estoicismo al ser cerrados nuestros centros del saber; y seguimos de pie al momento en que nos cerraron los cines, no tenemos lugar para poder volar nuestra imaginación; y nos cerraron los teatros, el lugar donde se recrea la palabra y nos acerca a la ficción de la literatura en conjunto con nosotros; y nos cerraron los antros, el único escape del fin de semana donde nos olvidamos de la crisis, de lo financiero, de lo que ocurre en nuestra normalidad.. y, para acabarla, nos cerraron los estadios… ¿A dónde diablos podemos ir a hacer nuestra catarsis? ¿A dónde podemos ir a gritar fregaos sin ser considerados atípicos? ¿Dónde puedo mentarle la madre a otro y recibir un baño de agüita amarilla, y todavía partirme la madre con alguien desconocido y llenarme de orgullo por ser CHIVA de corazón…

Sin duda…El amor en los tiempos de influenza nos ha dejado una huella imborrable para muchos de nosotros, los estoicos mexicanos. Seguimos siendo la raza del SI SE PUEDE, la raza de bronce que Vasconcelos da como sagrada y única para el futuro, donde caerán las razas predominantes y seremos la NUEVA RAZA CÓSMICA; pero todo con aires de influenza. Y, hoy comenzamos los CIEN AÑOS DE INFLUENZA, debido a que la contingencia continuará y quién sabe cuando parará.

Eso sí, de aquí o agarramos el hábito y después costumbre de ser más higiénicos, o de plano… regresaremos el término de INFLUENZA DEL VIRUS AH…su mater… al de VIRUS PORCINO HUMANO, por aquello de la antihigiene… Bendito sea el señor y los tiempos de influenza.

Y, es en este México lindo y querido que nos tocó vivir, donde, este año, tuve que compartir con esta tremenda celebridad, que hasta PANDEMIA llegó. Pero, hoy, una semana después de celebrar mi llegada a este mundo, quisiera, deseo, compartir mi pequeña reflexión y ojalá no resulte agresiva para algunos; pero, las peras son peras y las manzanas…manzanas.

Hace algunos años oí una palabra que, desde entonces me ha jalado mucho: KORIMA, que significa COMPARTIR, para las tribus seris y otras del norte de nuestro país, pero no sólo es el que te desprendas de aquello que te sobra, si no, el dar desde tu ser con la alegría del desprendimiento; sin que esperes una retribución, reciprocidad o que te conviertan un bien por un servicio. En ese aspecto considero la importancia que los esquimales dan cuando comparten a su mujer con otro para que pueda sobrevivir al frío… y que ellos, no lo ven con el morbo que nosotros lo hacemos porque se convierten en cornudos conscientes, cuando no ocurre nada sexual entre ambos.

El korima es dar todo lo que tienes sin que exista el apego a detener algo porque lo consideres valioso; y hoy, dentro de lo que ha sido el tren de mi existencia… deseo ir señalando a personas con las cuales me he encontrado, desencontrado, vuelto a encontrar, desaparecer; y pese a todo, compartieron un momento, un buen rato, o siguen presentes en mi existencia.

KORIMA, por cada momento en el que me han brindado su sabiduría para seguir avanzando en mi propio camino.

KORIMA, por cada uno de los aprendizajes, a veces forzados que me mostraron como verdaderos expertos en su área.

KORIMA, por cada golpe bajo el agua, por la espalda o de frente que me han dado, he aprendido a perdonar y dejar ir todo lo resentido.

KORIMA, por hacerme entender lo valioso de la tolerancia y la diversidad de sus opiniones, es de ahí donde en realidad se da la riqueza y variedad de los amigos.

KORIMA, por llenar mi camino de espinas y desearme la muerte. Es de ahí donde tomas la fortaleza para seguir en tu camino… un año más que he vencido el temor y el miedo.

KORIMA, por quienes comparten mis esperanzas, mis sueños, mis anhelos, mis nuevos caminos; son ellos quienes invocan, conspiran y desean para que el universo esté conmigo.

KORIMA, por mi familia, el núcleo más precioso que puedo tener, es de ahí de donde tomo la fuerza para seguir siendo lo que soy y caminar hacia donde voy… MAMÁ, HERMANOS, DON LINO, MIS SOBRINOS… KORIMA.. de ellos aprendo la nobleza de su alma; pese a todo siempre están ahí.

GRACIAS…. KORIMA… y sin duda, no hay valor más noble que dar todo por cada uno de ustedes….

Son demasiados.. y las listas tienen la desleal virtud de situar a unos delante de otros; y creer ser más o menos que los de allá o acullá…. Todos y cada uno saben lo que significan para mi corazón….

KORIMA.. HERMANOS Y HERMANAS DE CAMINO…

Gracias por un cumpleaños tan halagado y grato para mi.