Lo que su mente es capaz de concebir y creer;
también es capaz de conseguirlo.
¡volverlo realidad!
Juan Antonio Razo
Aprende a enfocar
La semana anterior toqué un punto, al parecer, para algunos, bastante fuerte, en el sentido de si era vivencial o sólo teoría. Hoy, les comparto la segunda parte del curso taller: TOMA EL CONTROL DE TU VIDA, con los diversos apuntes y reflexiones que fueron surgiendo. Espero sea de su agrado y nos sirva de espacio para meditar.
Se cuenta una anécdota de la época en que se construía el Palacio del Rey, pasó un día el arquitecto revisando los trabajos que ocupaban los cientos de obreros. Observó el diferente humor que parecían manifestar unos y los otros según los diferentes capataces y supervisores.
En su recorrido le llamaron la atención particularmente tres individuos que ejecutaban la misma tarea; el primero lo hacía con visible desgano y fastidio, el segundo con seriedad y lentitud; el tercero en cambio, con entusiasmo y diligencia. El arquitecto preguntó al primero: ¿Qué está haciendo? Y contestó: Me pusieron a tallar una piedra. Luego preguntó al segundo: ¿Qué está haciendo? Preparo una piedra para la columna de la entrada a la derecha. Respondió. Finalmente preguntó lo mismo al tercero y éste le contestó: Estamos construyendo el palacio más bello del país.
Analiza este pequeño relato y reflexiona cuántas veces has hecho algo similar en tu vida. Todo aquello en que te concentres tiende a aumentar. Si te concentras en tus debilidades, éstas crecerán en proporción a la energía que dediques a ese pensamiento. Por eso es mucho mejor que te concentres en tus cualidades (las reales y las imaginarias), pues de esta manera conseguirás que crezcan y den frutos en ti. En donde se encuentra tu atención, está tu intención.
Para un alma alegre el mundo está repleto de cosas interesantes.
Alexandra Stoddard
Culpar a alguien, sea quien sea, lleva frecuentemente a un completo rompimiento de las comunicaciones familiares. Gritar y decirse mutuamente cosas ofensivas puede convertirse en cualquier momento en violencia física. De hecho, la violencia en la familia constituye una grave crisis de salud en este país.
A veces nos culpamos a nosotros mismos y nos sentimos responsables. O también culpamos a otros para mitigar nuestra culpa. El culpar se convierte rápidamente en un ciclo peligroso e interminable que puede llegar a actos violentos y al crimen. Hay una diferencia muy grande entre las razones buenas y las escuchables, y razones que se escuchan bien. Cuando nuestros sueños mueren y la depresión se adueña de nosotros, es tiempo de dejar de buscar culpables y de lanzarnos a buscar los motivos que se escuchan bien y que nos metieron en ese lío, para luego crear un plan que nos saque de él.
Reconoce tus cualidades y las de los demás
Cuanto más altos estemos situados,
más humildes debemos ser.
Cicerón
En las últimas fechas me he sorprendido de las razones que manifiestan los trabajadores de las compañías acerca de la importancia para realizar un buen trabajo, y estos son: Que valoren primeramente su trabajo, en segunda instancia que lo respeten y por supuesto: el dinero.
Tal vez esto sorprenda a algunas personas; sin embargo, la mayoría de nosotros sabemos que hoy en día, la gente ya no tiene por qué aceptar cualquier trabajo, ni mucho menos sentirse agradecido por ello. El dinero no es la razón principal por la que trabajamos, lo que realmente buscamos es la valoración y el respeto.
Jesús les daba reconocimiento constantemente a sus colaboradores y les decía: Bien hecho. Muchas de sus historias hablan sobre las alabanzas que los amos les hacían a los trabajadores leales. Dios abrió los cielos y alabó a Jesús en público en el río y le dijo: Tu eres mi hijo muy amado, en ti me complazco, y en otra ocasión en la montaña dijo: Él es mi elegido escúchenlo. (Dios sabe la importancia del reconocimiento público para motivar a la gente y conservar buenos elementos).
El reconocimiento de nuestro trabajo, y del desempeño de nuestra vida es para nosotros un aliciente que nutre y da energía; reconocer y reconocernos nos lleva a pensar y a sentir que el desempeño que estamos realizando es el correcto y estamos en el rumbo adecuado. Este detalle nos hace llenarnos de entusiasmo y continuar nuestro viaje por el mar de la vida.
Necesitamos del reconocimiento, necesitamos retroalimentarnos y recibir retroalimentación positiva de la gente que nos rodea. Si quieres ver cómo alguien crece unos cuantos centímetros ante tus ojos, reconócelo en público.
El camino a la excelencia no tiene límites de velocidad.
David Jonhson
De los atributos del hombre a que se refiere la Ética que son libertad, voluntad e inteligencia, la libertad se considera como el centro de la vida humana; al usarla adecuadamente equivale a perfeccionar la calidad del planeta. La libertad deberá ser entendida como la capacidad de elegir y esta consideración nos lleva a afirmar la condición de libertad que el hombre tiene. Si esta capacidad de elección va dirigida hacia la excelencia, deberás entender claramente cuáles son las condiciones que la rigen.
Un ser humano excelente es aquel que influye en los demás y que transforma buscando siempre el bien para él y para los que le rodean, es decir; al tomar decisiones las realiza ecológicamente. Excelencia es saber amar y saber ser amado y ver siempre las cualidades de las personas, buscando constantemente su bien. Excelencia es saber servir con gusto y apoyar a los otros, pues se sabe que entre todos siempre se puede encontrar una forma mejor de hacer las cosas.
Excelencia es privilegio de los seres humanos que están en desarrollo constante, de acuerdo a los preceptos divinos. Excelencia es saber comunicar paz a los demás, aprovechar puntos de oportunidad y enfrentar dificultades, pero no hacer por otros lo que estos pueden hacer por sí mismos. Excelencia es saber proteger sin asfixiar, saber guiar sin imponer, saber motivar a los que están a nuestro cargo para que se enamoren de la verdad y sean sabios, se enamoren de la belleza y sean artistas, se enamoren de Dios y sean santos, se enamoren de su patria o de un sueño y sean héroes. Excelencia es saber vivir las virtudes y contagiar con el estilo propio de vida de esa felicidad que comunican la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y el entusiasmo.
Excelencia es tratar a las personas con mayor delicadeza y finura, así verán los míos que el rango y dignidad de todas las personas es muy alto. Excelencia es saber decir sí a la vida, porque camino confiado de la mano de Dios. Excelencia, entonces es saber que para ayudar a formar hombres y mujeres de gran talla, hay que empezar por uno mismo; hombres y mujeres que sean capaces de construir sociedades mejores, sistemas más justos.
El hombre que vive con excelencia posee, entre otras cosas, las siguientes características:
Intuitivo y alegre
Tiene claro su propósito
Es original
Es responsable
Se demuestra libre
Construye a otros
Soporta el rechazo
Aguanta la frustración
Da sentido a la vida
Es equilibrado en su pasión
Promueve los valores
El hombre excelente sabe reír y reír con abundancia y frecuencia. Disfruta gozosamente de la abundancia de los valores que encarna y promueve. Disfruta de las cosas bellas que abundan en esta tierra. Por ser intuitivo, sabe relacionar grandes realidades y tiene una visión amplia y adelantada con respecto al futuro; en la misma medida es inventor y creativo. Sobre todo, promueve el surgimiento de grandes hombres, de nuevos valores, de cambios históricos.
El que no tiene excelencia vive en la mediocridad. ¿Por qué no la tienes? Alguna vez la tuviste pero algo pasó en tu vida. Interpreta tu sistema de creencias y descubrirás el engranaje que de alguna manera te aleja de la excelencia, y redefine tu vida.
Y, cómo el viejo decía: “El árbol pa mantenerse erguido, necesita de buenas raíces”